domingo, 24 de febrero de 2013

Lo esencial

A veces me pregunto por qué soy especial para ti y no encuentro respuesta, pero lo cierto es que me haces sentir tan bien, que la palabra "especial" se queda corta...Solamente con mirarme me haces sentir tanto que si me preguntaran qué es el amor, les daría mis ojos para que pudieran verte cuando me miras de esa forma y entonces no haría falta más explicación. 

Por si algún día te preguntas por qué eres especial (o más que especial)... 

- ¿Qué significa "domesticar"?- le preguntó el principito-.
- Significa "crear vínculos", si tu me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tu serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
- Comienzo a comprender- dijo el principito-. Hay una flor...creo que ella me ha domesticado...
- Es posible- concedió el zorro. Si tu me domesticas, mi vida estará llena de sol. ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Tu tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques. El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo. El zorro se calló y miró un buen rato al principito: -Por favor...domestícame- le dijo.
- Bien quisiera- le respondío el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
- Sólo se conocen bien las cosas que se domestican- dijo el zorro- ¡Si quieres un amigo, domestícame!
- ¿Qué debo hacer?- preguntó el principito.
- Debes tener mucha paciencia- dijo el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tu no me dirás nada. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
El principito volvió al día siguiente.
- Hubiera sido mejor- dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tu vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón...
De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:
- ¡Ah!- dijo el zorro-, lloraré.
- Pero he ganado- dijo el zorro- he ganado a causa del color del trigo. Y añadió:
- Vete a ver las rosas: comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
- En nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ellas han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo. Son muy bellas, pero mi rosa es más importante que todas, porque yo la he regado, ha sido a ella a la que abrigué y cuidé, y es a ella a la que he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa. Y volvió con el zorro.
He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos. Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tu le has dedicado. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tu eres responsable de tu rosa...- dijo el zorro-, -Yo soy responsable de mi rosa...-repitió el principito para recordarlo.



El principito.
Antoine de Saint-Exupéry