sábado, 27 de septiembre de 2014

De película

A veces cuando veo una película de amor deseo que nuestro amor fuese tan fuerte como el de esos dos protagonistas, que a pesar de la distancia y de todas las veces que deben separarse, encuentran la manera de volver a estar juntos. Viven en países diferentes, en continentes distintos y aun así, aunque pasen años, parece como si fuesen dos perfectos imanes, imposibles de separar. Incluso llegan a conocer a otras personas, intentan empezar una nueva historia pero al final, acaban dándose cuenta de que su corazón siempre ha pertenecido a la misma persona. Me gusta ver esas películas, porque al imaginar que me pudiese ocurrir a mí se me seca la garganta y me cuesta tragar. Alguna lágrima asoma sin poder evitarlo. Y pienso que ojalá existieran amores así, de película, tan fuertes que ni un océano de por medio, ni el tiempo, ni las circunstancias de la vida pudieran con ellos. Y me gusta creer que nuestro amor es así, pero sin guiones ni interpretaciones, que nos miramos y nos entran ganas de sonreír, que nos gusta hacer miles de cosas juntos, que cuando dormimos en la misma cama somos un poco más felices, que hemos conectado tan fuerte que por mucha distancia que haya entre nosotros, por muchas dificultades que tengamos que afrontar, siempre encontraremos la forma de estar juntos. Me gusta pensar que nos ocurriría exactamente lo mismo que a esos dos protagonistas, que no pudiésemos estar con otra persona diferente, que no consiguiésemos olvidarnos, que no pudiéramos vivir sin escuchar nuestras voces y que no nos diésemos por vencidos e intentáramos por todos los medios seguir enamorándonos día tras día. A mí me pasaría, porque creo con todas mis fuerzas que este amor es especial. Nunca lo había sentido con nadie más y por eso soy muy afortunada. Estoy convencida de que, desgraciadamente, muchas personas no llegan a experimentar esta sensación en toda su vida, esta sensación de estar con la persona adecuada. Más que adecuada. No encuentro una palabra con suficiente fuerza para describirlo, pero si tengo que dar gracias, las daría por haber vivido este amor de película, que espero y deseo dure para siempre y tenga un final feliz.