domingo, 17 de agosto de 2014

¿Cuántas personas te hacen sentir extraordinario?

Dicen que París es la ciudad del amor. No lo sé, aún no lo he comprobado. En cambio, cuando viajas a Roma, o a Amor al revés, te enamoras un poquito más. Seguramente, también me hubiese enamorado más en cualquier otra parte del mundo, pero cuando compartes cinco días intensos con la persona que más quieres, paseando de noche por el Coliseo, encontrándote con plazas mágicas, adentrándote en una isla en mitad del río o disfrutando de ricas cenas italianas, el amor se siente en el aire. Pero para mí, lo mejor de Roma no ha sido sólo eso. Lo mejor de Roma fue la preparación de las rutas esos días antes de volar, la partida de barcos que improvisamos en el aeropuerto, apretarte la mano mientras despegábamos, llegar a nuestro hotel y a pesar de que al principio no nos gustara acabar llamándolo "casa", saltarnos las colas, las duchas frescas después del calor, los masajes en las piernas después de todo el día, cantar en el metro "dependi", compartir plantilla, darme cuenta de que el Vaticano es muy rico por su oro pero que yo lo soy más por tenerte a ti, saltar en medio de una plaza, comer enfrente del panteón, perder en los helados, lo bien que nos orientamos, tapar la ventana para que no entrara la luz y dormir un poquito más, aprender italiano, y tirar la monedita para volver. Sólo espero que vuelva contigo y si no, que viajemos a otro lado para seguir enamorándome de ti y de tus detalles. Mientras tanto, lo seguiré haciendo en nuestra ciudad día tras día porque eres mi único y más fuerte amor. Gracias por hacerme sentir extraordinaria.