miércoles, 16 de mayo de 2012

La felicidad es nuestra!



Y es que hay días que te comerías el mundo. Y da igual si hace frío o calor, si llueve o nieva, si has dormido ocho horas o cuatro, si tienes mil cosas que hacer o ninguna… tienes ganas de sonreír y lo haces, y vives como si no hubiese mañana. Felicidad extrema. Hay personas que te ayudan a mantener ese estado, a disfrutar de la vida. No son siempre las mismas, aunque por suerte, algunas nunca fallan. A veces llega alguien y te sorprende, pero al fin y al cabo el único responsable de esa felicidad eres tú. Hace pocos días me regalaron un secreto. ¿Sabes? Existe una ley, la ley de la atracción, tan poderosa como la ley de la gravedad. Esta ley consiste en que nuestros sentimientos atraen a sentimientos similares, igual que imanes. Imanes. Como me gusta esa palabra. Pues bien, según esta ley, aquello en lo que más piensas o te enfocas es lo que se manifestará en tu vida, pues tu mismo lo estás atrayendo. Puede que ya hayas experimentado esta ley o puede que no te la creas. ¿Por qué entonces existen tantas desgracias? Te preguntarás. La respuesta es sencilla: La mayoría de las personas piensan en lo que no quieren, esa es la única razón por la que no obtienen lo que quieren.

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