miércoles, 4 de julio de 2012

Para el mundo quizá no eres nadie, pero para alguien eres el mundo. Para mí.

Es curioso ver cómo el tiempo coloca a cada uno en su lugar. Cuánto me alegro de que el tuyo esté al lado del mío. No me preocupo porque a las cosas más complicadas de la vida, el tiempo las hace simples, sencillas. Algo tan complicado como encajar con una persona se vuelve fácil cuando esas personas somos tu y yo. Es verdad, al principio no fueron todo sonrisas, incluso tampoco ahora lo son, cometemos errores que al final nos hacen más fuertes, pero ahora echo la vista atrás, recuerdo momentos y sólo hay una frase que viene a mi mente: la felicidad es nuestra. No sé si algún día se acabará, espero que nunca. Pero lo que sí sé es que cada vez que oiga una canción de Mónica Naranjo pensaré en ti y será inevitable esbozar una sonrisa. Cada vez que una de nuestras leyes se confirmen, me acordaré de tu filosofía e intentaré disfrutar de cada momento al máximo. Y cada vez que necesite hablar, cogeré el teléfono y te llamaré porque sé que tu si que eres de llamar. Vale, yo no soy de llamar, ya lo sabes, pero puedes hacerlo siempre que quieras. Porque todo se pega, y al final de tanto estar juntas, nos tendremos que parecer en algo. Sólo me falta decir… Gracias por todo lo que estoy aprendiendo mientras camino a tu lado, por esas risas antes de un examen, por la tranquilidad que me transmites y por lo que me sacas de quicio en otras ocasiones, porque cuando yo me altero tu pones paz y al revés, por ser una gran mujer de futuro y animarme a serlo, por ser una gran amiga.Te merecías un texto desde hace mucho. Siento el retraso. Gracias por el día a día. Me voy a la cama, mientras, sigo haciendo mi ley: la ley de cuki sobre el razonamiento surrealista de la inteligencia humana. Ese será el título. No había mejor forma de acabar. Bueno sí: Te quiero cuki.

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